1. Evita los manchadores de dientes

Si sueles beber vino tinto, café o té negro y fumar, ni en sueños esperes tener dientes blancos. Otros culpables de manchar la dentadura son los refrescos de cola, algunas salsas y los jugos oscuros. En pocas palabras, si te metes en la boca algo que manche los dientes, lo más probable es que eso ocurra. Cepíllate inmediatamente después de comer o beber alimentos de color oscuro, y usa un buen blanqueador dental casero o acude al dentista. Comer una manzana al día también ayuda a limpiar los dientes.

 

2. Cambia tu cepillo de dientes…

…o la cabeza del cepillo de dientes eléctrico al menos cada dos o tres meses; de lo contrario, lo único que lograrás es transferir bacterias a tu boca. Según el doctor Harold Katz, dentista de California, la mejor manera de lavarse los dientes es colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados contra las encías y frotar despacio con movimientos circulares, en vez de movimientos de vaivén. Sujeta el cepillo como si fuera un lápiz para no aplicar demasiada fuerza al frotar las cerdas contra los dientes.

 

3. Limpia tu lengua

Utiliza un raspador de lengua todas las mañanas para remover la placa bacteriana que se forma en ella durante la noche. Una de las principales causas del mal aliento es la acumulación de bacterias en la lengua, que el raspado diario ayuda a eliminar. Además, el uso del raspador es más eficaz que frotarse la lengua con el cepillo de dientes, dice el doctor Katz.

 

4. Come alimentos “detergente”

Los alimentos de consistencia firme o crujiente ayudan a limpiar la dentadura mientras se mastican. Ya mencionamos las manzanas (algunos dentistas las llaman los cepillos de dientes de la naturaleza); otras buenas opciones son las zanahorias crudas, el apio y las palomitas de maíz. Para obtener los mejores resultados, procura dejar los alimentos “detergente” al final de la comida si no podrás cepillarte los dientes inmediatamente después de haber comido.

 

5. Haz gárgaras con Vinagre de manzana

Hazlo en la mañana, y luego cepíllate como de costumbre. El vinagre ayuda a quitar las manchas, blanquea los dientes y elimina las bacterias de la lengua y las encías.

 

6. Cepíllate los dientes con Bicarbonato de Sodio una vez a la semana

Así eliminarás las manchas y blanquearás tu dentadura. Utiliza el bicarbonato como si fuera dentífrico. Otra opción es usar sal como pasta de dientes. Pero ten cuidado de escupir y enjuagarte bien ¡para no aumentar tu ingestión de sodio! Si empiezas a tener irritación en las encías, cepíllate los dientes con sal cada tercer día.

 

7. Mantén fresco tu aliento

Para comprobar la frescura de tu aliento, lame la pal-ma de tu mano y huélela antes de que la saliva se seque. Si huele mal, es el momento de chupar una pastilla de menta sin azúcar. ¿Vas a comprar un enjuague bucal? Asegúrate de que no contenga alcohol. La mayoría de los enjuagues de venta libre contienen demasiado alcohol, el cual reseca las membranas de la boca y las hace más vulnerables a las bacterias.

 

8. Aprende a usar el hilo dental con los ojos cerrados

Si aprendes a usar el hilo sin tener que guiarte con un espejo, podrás usarlo también dentro del auto, en la oficina y antes de alguna cita o reunión importante. Compra varios dispensadores de hilo dental, y repártelos entre el coche, el cajón del escritorio y tu bolso o portafolio.

 

9. Cepíllate los dientes al levantarte de la cama y antes de acostarte

Son los dos momentos cruciales del día, asegura la doctora Kathleen W. Wilson, médica internista del Centro de Salud Ochsner, en Nueva Orleans, y autora de libros. La explicación es que la saliva —que protege los dientes de la placa bacteriana causante de caries— se seca durante la noche, así que lo mejor es eliminar la placa antes de ir a la cama. También es importante que te cepilles a primera hora de la mañana para remover la placa de bacterias (¡y el mal aliento!) que pudiera haberse acumulado en tu boca mientras dormías.

 

10. Disimula con color

Si eres mujer y te gusta ponerte lápiz labial, elige uno de color coral medio o rojo claro. Estos tonos hacen que los dientes se vean más blancos, mientras que los lápices labiales de tonos más claros tienden a resaltar el color amarillento de los dientes.

 

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